En la sala capitular merece una mención especial el sepulcro gótico de los infantes Don Juan y Doña Blanca de Aragón, hijos de Alfons “el Vell”, I duque de Gandía y fundador del monasterio.
Fue construido por el maestro de Xàtiva Pere Andreu en 1380, antes de que se iniciara la construcción del monasterio.
Este sepulcro, adosado en lo alto del muro norte de esta sala, es un magnífico ejemplo de arte funerario del gótico valenciano que todavía hoy conserva restos de policromía.