La estancia fue construida en el siglo XVII. En su origen fue una sala cerrada y no existía la puerta que comunica con el refectorio, sólo la que comunica con al claustro. Se cree que originariamente fue un despacho o una sala de estudio, por hallarse junto al archivo y la biblioteca que poseía el monasterio.
En el siglo XIX es transformada en una sala de armas por la familia propietaria y se abre otra puerta para comunicarla con el refectorio. El suelo es el original del siglo XVII pero el artesonado de madera del techo y la lámpara fueron añadidos con posterioridad, en el siglo XIX.
En la sala destaca un magnífico sitial de madera con el escudo del rey Felipe II. Fue la familia propietaria del monumento quien lo mandó esculpir en el siglo XIX, en recuerdo de la visita del monarca de la dinastía de los Austrias que le concedió el título de “Real” al monasterio.